miércoles, 20 de julio de 2011

+.* Manual de diecisiete meses *.+

Hemos visto que el castigo físico no es recomendable para educar a tu niño por varias razones. ¿Te acuerdas?
Ahora te voy a explicar otra razón por la que el castigo físico no es recomendable.
Habrás observado que tu hijo repite cosas que haces o dices. Si tú cantas, él cantará; si te ríes, se reirá; si pegas, él pegará. Los niños imitan lo que hacen los mayores. Por lo que si pegas al niño, él te imitará pegando al resto de los niños. Es decir, cuando le pegas, le estás enseñando cómo se pega a una persona.

Cada vez que castigas a un niño, aunque sea sin pegarle, tienes que preguntarte "¿Cuántas veces le he premiado por hacer lo contrario?"
Si castigas al niño por peleare con su hermano, pregúntate "¿Cuántas veces le he premiado por haber jugado sin pelearse?"
Esa pregunta es importante, porque si te acuerdas de premiar lo bueno, los niños se portarán bien.
Es mucho más fácil y mejor educar a un niño premiándole por lo bueno, que castigándole por lo malo.

El desacuerdo entre las personas que están a cargo de la crianza del niño (mamá, papá, abuelos) produce en el niño más problemas de lo que los padres se imaginan.
Por ejemplo, puede pasar que papá le esté dando puré al niño, el niño se ensucia toda la cara con comida y papá se ríe porque le parece muy gracioso. Luego llega mamá, y le grita y regaña al niño por haberse manchado. El resultado es que el niño no sabe si lo que hizo está bien o mal.
Cuando un niño no sabe qué es lo que debe hacer y qué es lo que no debe hacer. Se desorienta.

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